La transfiguración y la gloria futura
- Por Pastor Héctor Bustamante
- Serie: La Trasnfiguración
- Escritura: Mateo 17: 1- 9
- Fecha: 09/06/2024
Introducción
Este sermón concluye la exposición sobre la Transfiguración, destacando la profundidad y las enseñanzas que nos ofrece. Aunque no se ha agotado el tema, hemos adquirido una visión más clara de las implicaciones doctrinales, consoladoras y exhortativas de este evento.
La Transfiguración no solo nos habla de la eternidad pasada, la vida de Cristo, su resurrección y ascensión, sino que también nos anticipa la vida futura, llena de gloria.
Se presentan tres puntos principales:
- La nueva creación, que la Transfiguración anticipa.
- El nuevo hombre, como reflejo de la transformación de la humanidad.
- El gozo supremo, centrado en la contemplación del Dios Trino.
- La nueva creación
La Transfiguración y la Nueva Creación
La transfiguración de Jesús en el monte simboliza la nueva creación que los cristianos esperan. Este evento tiene tres aspectos clave. El Monte como símbolo de la Nueva Creación: El monte, que recuerda al Edén y al monte donde Dios morará con su pueblo, simboliza la esperanza de los creyentes de llegar a la nueva creación. La Adoración a Cristo: En la transfiguración, Jesús es adorado en su gloria, anticipando la adoración eterna que experimentaremos en la nueva creación, donde Cristo será el centro. La Nube como Presencia Divina: La nube que rodea a los discípulos representa el Espíritu Santo, que transformará toda la creación y nos santificará para vivir en la nueva creación. La creación gime en espera de su renovación, y nuestra esperanza no está en esfuerzos del hombre, sino en la intervención sobrenatural de Dios a través de Cristo y el Espíritu Santo. La iglesia es un anticipo de esa nueva creación, donde el Espíritu nos santifica y nos prepara para la gloria futura.
- Un nuevo hombre
La esperanza final
La transfiguración de Jesús no solo muestra su gloria eterna, sino que anticipa la transformación que los hijos de Dios experimentarán. A través de la transfiguración, Jesús revela no solo lo que siempre ha sido, sino también lo que los creyentes llegarán a ser: transformados a su imagen.
La Escritura, como en 1 Corintios 15, habla de la resurrección y transformación de los cuerpos. Se nos promete una transformación completa, no solo física, sino espiritual. Pablo también expresa su anhelo por esta transformación, ya que, aunque hemos sido regenerados, todavía luchamos con el pecado. La transfiguración de Jesús anticipa la plena redención que experimentaremos cuando Cristo regrese. Aunque aún no hemos alcanzado esa transformación total, ya participamos de ella en el presente a través de la obra del Espíritu Santo.
Este proceso de transformación es una obra continua, y como creyentes, ya debemos evidenciar cambios en nuestra vida, como un mayor amor por lo santo y un dolor por el pecado. La esperanza final es que seremos completamente transformados para vivir en la presencia de Dios, libres del pecado y en perfecta comunión con Él.
- Trinidad
La Comunión Eterna con el Trino Dios
La transfiguración no solo revela la nueva creación y nuestra transformación final, sino que también apunta a nuestra eterna comunión con el Dios trino: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. En el monte de la transfiguración, Pedro experimentó un anticipo de este gozo celestial, al escuchar la voz del Padre, ver el rostro del Hijo y sentir la presencia del Espíritu. Sin embargo, para llegar a esa comunión eterna, Cristo debía pasar por el sufrimiento en el Calvario, pues solo a través de su sacrificio podemos disfrutar de la plena relación con Dios.
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